Expertos en lectura de labios transcriben el diálogo del alcalde con el informático. El Ayuntamiento confirma que Hereu salió con dudas de si realmente había votado.
Tres expertas en lectura labial, otras dos personas capaces de leer los labios y un profesional en comunicación no verbal han analizado para La Vanguardia qué sucedió y qué se dijo cuando el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, acudió a votar el lunes en la consulta sobre la reforma de la Diagonal.
Un vídeo de LaVanguardia.es que captó la secuencia muestra las extrañas circunstancias que se produjeron durante y después de la votación de Hereu (requirió la presencia de su asistenta de prensa y de un técnico, no tocó más la pantalla y después aseguró que había votado pese a que nadie más pudo hacerlo en ese lugar y a esa hora). Esta secuencia ha despertado muchas dudas sobre si el alcalde realmente logró votar en ese preciso momento.
Aunque desde el Ayuntamiento se aseguró el lunes a este diario en reiteradas ocasiones que sí lo hizo, ayer ya no estaba tan claro. El jefe de alcaldía, Enric Casas, reconoció que Hereu salió de la sede del distrito de Les Corts donde pensaba participar en la consulta con dudas respecto a si realmente llegó a votar. Dado que el alcalde no estaba convencido de haberlo hecho, sus colaboradores le aconsejaron que acudiera a la mesa de reclamación de incidencias que el Ayuntamiento ha instalado en la planta tercera del edificio consistorial de la plaza Sant Miquel, donde los ciudadanos pueden acudir para comprobar si su voto ha quedado registrado o si tienen dudas de que alguien haya podido votar en su lugar. Así lo hizo Jordi Hereu entre las 16.30 y 17 h del pasado lunes. ¿Cuál fue el resultado de la pesquisa del alcalde? Enric Casas, su directo colaborador, asegura desconocerlo.
A continuación se reproduce el diálogo, en catalán, y captado por la cámara, que mantuvo el alcalde a partir del momento en que se sentó en la mesa de votación y que todos los expertos consultados coinciden en detallar:
Hereu: ... es posa dintre [la tarjeta de votación]
Mujer de la mesa de votación: Sí.
Pasa una rato y Hereu llama a su responsable de prensa.
Hereu: Escolta, aquí hi ha un tema que hem de... Heu de modificar [palabra incomprensible] i no sé.
Responsable de prensa: Vale. [Y dirigiéndose a la mujer al cargo de la mesa de votación] Hi ha una modificació que de fet no funciona [palabra incomprensible] algú.
Mujer: El vaig a buscar?
Responsable de prensa: [Dirigiéndose a la mujer] Sí, sí, si us plau. [Y continúa dirigiéndose al alcalde] Esperem un moment. Anem a buscar algú.
Pasan unos segundos...
Hereu: [A los periodistas] Bueno, no ho veieu [en referencia a la pantalla de votación], eh?
Periodista: Què passa, alcalde?
Alcalde: Nooo...
Llega el jefe técnico, toca una vez la pantalla y se dirige a Hereu
Técnico: No, no funciona.
Hereu: Vale.
Técnico: Potser llavors diguem-los que vostè ja ha votat.
Hereu: Sí, sí, exacte. [El técnico vuelve a hablar pero no se ve qué dice]. Vale, vale, perfecte. Pues ja hi és. Ja està.
El técnico muestra el pulgar hacia arriba varias veces en señal de éxito. Hereu se levanta y se va.
Hereu también habló con sus gestos, que reflejaban "sorpresa primero, frustración, cabreo y control de tensión", asegura Xavier Orozco, profesor en técnicas de comunicación en La Salle. Este experto, habituado a analizar vídeos de políticos en sus clases, recalca que por los gestos de Hereu no se puede saber qué sucedió, pero señala que después de levantarse y saludar a las responsables del punto de votación, el alcalde no hace el gesto más esperable en un político de su experiencia: en lugar de pararse y posar con una sonrisa cómplice, oculta la mirada y cruza rápidamente y cabizbajo el círculo de periodistas. Orozco no sabe las razones, pero tiene muy claro qué significa esto: "No es un momento de alegría".